"La Ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia"(...) "La enorme multiplicación de libros, de todas las ramas del conocimiento, es uno de los mayores males de nuestra época." (...)"La felicidad no está en la ciencia, sino en la adquisición de la ciencia." (E. Allan Poe)

martes, diciembre 6

Algunos sueños se hacen realidad: RENACER

Y allí estábamos, conviviendo en la bañera.
Se miraba tele, se comía, se hablaba.
Todo allí dentro.
El agua, próxima al barro, nos rozaba las rodillas
Casi ahogados… llovía.
Y además había una canilla.
Eso nunca se vaciaría… ni se secaría.
La bañera ya oxidada, tiznada y con microbios; era su hábitat adquirido desde vaya a saber cuando.
Cuando nos visitaba gente, salíamos a saludar. para luego, volver a entrar, enterrar.
En vida.
-         No quiero, no quiero estar más acá. Quiero salir. Me quiero limpiar.

Sala de espera.
Sillas azules, en fila, tapizadas.
En el medio de la habitación. Sin pared que la sostenga.
Mirando la bañera.

Me siento.
A mi lado, una mujer amiga, conocida. Temerosa y escurridiza.
Al finalizar la fila de sillas azules, tapizadas y llenas de polvo…. Un biombo, de madera de bambú. Alguien había allí detrás o delante.
Mientras estaba en la silla, noto que de mi otro lado se encontraba un señor, conocido, de traje y cabellos negros, casi un abuelo.
No hablaba, solo echaba humo. De pronto, comienzo a imitarlo. De mi boca sale humo y más humo. Yo, jugaba. Quizás, la sala de espera se hace humo.
Pasado un momento, aparece una mujer con atuendo conocido.   
La miro, también la conozco. Pero no recuerdo su nombre.
Y con ella trae a una niña.
Su inocencia llegaba a nuestras rodillas, y la miro. Teníamos que cuidarla, pero cuando lo intentábamos…. Le largábamos humo y más humo. Y la mujer que estaba a mi lado se enojaba con nosotros, quería rescatarla…. pero casi como una máquina, a cada intento, una bocanada. Si ella hacia fuerza, nosotros más…. al punto que la niña quedaba anulada en medio de tanta neblina.
Y si nuestro humo no alcanzaba…. Había una manguera que esta vez, tiraba arena.
En aquel desierto empolvado, de misterios y enredos, el hombre a quien yo imitaba, comienza a ahogarse. Le golpeamos la espalda, pero no hubo caso. Cada vez más fuerte y en mayor cantidad. Ese sólido en partículas que ingirió durante toda su vida, comenzó a derramarse en el piso. Intentaba hablarnos, pero no lo oíamos.  
Ya había que dejarlo ir.

Los de la bañera miran, atentos. Sorprendidos. No saben que es lo que está pasando.
La mujer de la bañera… si, había una mujer, sale. Ella parece tener una relación con este hombre.  
Me la encuentro en una puerta.

- Esto ya ha pasado. ¿No lo recuerdas?....Ya nos hemos matado. Muchas, muchas veces.
Noto que ella está compitiendo conmigo.
-         yo ya no quiero estar en el medio, le digo.
Ella me mira. Quiere que la comprenda. Que entre en su juego.
-         ya nos hemos matado.
Pues entonces, dice ella…. Dejemos todo como está y arreglémoslo en la otra vida.
-         indignada, ¿cómo podía ser que no vea esta nueva oportunidad? Que no quiera tomarla.
Comencé a llorar.
Un mareo se avecinaba.
Desespero.
La mujer, parada en la puerta mirándome… ¿qué hacer?
¿Debía seguirla?  

La oscuridad entraba en la cena.
Esta escena, se narra en la noche.
Mis ojos ya no ven.
Creí que este sería el final de la tragedia.

Escucho una voz, conocida. Suave y divertida… una bailarina de vocales diría.

En la noche, hay infinidad de cosas por ver
Infinitos mundos que parecieran esconderse a la luz, están iluminando la oscuridad.  
Solo tienes que abrir tus verdaderos ojos, me dijo.

Allí. Ya no pude temer más.
Este universo que se abría sería el final.
De la simulación, de la ficción.
Para algunos, será un capítulo.
Para otros, otra historia.
Para mí, la magia.
Lo fantástico. Lo irreal, lo que creí que no existía y que era mentira.
Ahora, que estoy acá… puedo decir: simplemente, estaba oculto.